LÁPIZ DE 1000 GRADOS vs MADERA (pirograbado)
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Como era de esperar, la moción de censura presentada esta semana por Vox contra el gobierno en minoría liderado por los socialistas españoles degeneró en insultos y señalamientos, en los que cada parte calificó a la otra de “totalitaria”, entre otros muchos epítetos salvajes.
La moción de censura del líder de Vox contra Pedro Sánchez es, sin duda, parte de ese proyecto en curso (y bastante exitoso), pero es engañoso caracterizarla únicamente como un ataque lateral al PP, o desecharla como nada más que un juego oportuno.
Al hacerlo, las acusaciones que hace Vox contra el gobierno de Sánchez se pasan por alto o se ignoran, en lugar de recibir la atención que merecen. El furibundo Abascal tampoco se hace un favor a sí mismo en este sentido: se burla y se mofa del presidente del Gobierno, en lugar de presentar sobriamente los argumentos para su consideración. Como siempre ocurre con la política española, hay que mirar más allá de los insultos personales y de las discusiones para ir al grano.
Una de las razones expuestas por Vox para presentar la moción de censura es la “gestión criminal de la pandemia” por parte de Sánchez. La acusación de criminalidad en este contexto puede ser difícil de sustanciar (y, uno intuye, que nunca se llevará a cabo), pero Abascal tiene razón al cuestionar si el gobierno de España ha utilizado los poderes que posee bajo un “estado de alarma” de forma sabia o justa. La gestión del virus por parte de Sánchez ha planteado muchas cuestiones complejas, desde la defensa de los cierres totales hasta la práctica de introducir medidas que recortan las libertades con poca o ninguna justificación científica.
Fernando Cocho: Si Sánchez libera a Ghali Marruecos
En Estados Unidos ha insistido en que cumple su palabra mientras la oposición sólo grita… ferozmente. Allí no le conocen y aquí está cada noche más irreconocible. Desde hace treinta y siete meses lagos no podemos negar que se ha convertido en un gran hombre de acción para ejecutar lo contrario de lo que había prometido. Recordemos la crueldad de la hemeroteca: (“No pactaré con Podemos, ni con Bildu, ni con los separatistas; despolitización de TVE y de la Justicia y no perdonaré a los golpistas”). Antes de partir hacia Canarias, dio una orden tajante a sus principales negociadores -no son ministros, sólo funcionarios sin oposición-. Que agilizaran las 56 competencias para Cataluña y las 16 urgentes para el País Vasco para que “el otoño no se caliente”. ¿A cambio de qué? A cambio de nada. Podría haber mendigado lealtad institucional. Ni siquiera eso.
La Fiscalía General del Estado con Lola Delgado a la cabeza ha quedado deslegitimada. Institución que toca a este hombre, institución que se hunde. El descanso del guerrero olímpico… se convertirá en una pesadilla en septiembre. Porque este presidente vive en su propia burbuja, ya sea en España, Europa o América. Nuestra posición en Cuba, Venezuela, Perú, Nicaragua y Bolivia es tan cobarde, tan mezquina y tan antidemocrática como con Argelia y Marruecos. Luego, son campeones en la defensa de los derechos humanos. Y de las libertades. El silencio con los cubanos de Patria y Vida tras las manifestaciones del 11 de julio y la humillación a la que sometieron al Rey Felipe VI en la toma de posesión de Pedro Castillo -ya han empezado las amenazas de muerte y los exilios- confirma que este Gobierno no tiene política exterior ni con González Laya ni con Albares Bueno. Sánchez lo es todo.
EMR: SÁNCHEZ pretende aprobar una ley antes
Mientras España se prepara para celebrar sus terceras elecciones generales en cuatro años, el lunes se celebró el primero de los dos debates televisados entre los principales candidatos, y el segundo se celebrará el miércoles por la noche.
En el primer debate, de 100 minutos de duración, participaron el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, del Partido Socialista Obrero Español (PSOE), el líder del Partido Popular (PP), Pablo Casado, Pablo Iglesias, del partido de extrema izquierda Podemos, y Albert Rivera, el líder del partido de centro-derecha Ciudadanos. El partido de extrema derecha Vox no pudo participar, ya que sólo obtuvo el 0,2% de los votos en las últimas elecciones.
Los sondeos de opinión muestran que el PSOE de Sánchez cuenta con un 30% de los votos, lo que significa que podría perder la mayoría absoluta por un amplio margen. En ese caso, dependería del apoyo de Podemos y otros partidos más pequeños para formar un nuevo gobierno.
En cuanto a lo que influirá en el voto, los temas que más preocupan a los españoles son el desempleo, la corrupción y el fraude y la política, los políticos y los partidos políticos del país, según una encuesta del Centro de Investigaciones Sociológicas de España.
El líder del Partido Popular español, Pablo Casado (C), el secretario general, Teodoro García Egea (L), y el candidato número dos del partido, Adolfo Suárez Illana (R), asisten a un acto de la noche electoral en Madrid, tras la celebración de las elecciones generales en España el 28 de abril.
MADRID-Antes de las elecciones del domingo en España, el líder del Partido Popular (PP), Pablo Casado, recorrió el país para galvanizar a sus votantes conservadores, viajando unos 9.000 kilómetros sólo en abril. Casi todos los días, el joven líder del PP presidió un mitin en un ayuntamiento. Durante las visitas de encuentro, mostró su gran sonrisa a lo largo de las cadenas de montaje, mientras conducía un tractor o mientras degustaba tomates cherry cultivados en uno de los invernaderos del sur de España.
Pero el día de la votación, Casado, de 38 años, llevó a su partido a la caída libre. El PP obtuvo el peor resultado electoral de su historia, al conseguir sólo 66 de los 350 escaños del Congreso de los Diputados, menos de la mitad de los que obtuvo en las últimas elecciones generales de 2016.
Esta estrepitosa derrota plantea ahora la posibilidad de que Casado sea también uno de los líderes de partido más efímeros de la historia moderna de España, al haber sido elegido sólo el pasado mes de julio, un mes después de un abrupto cambio de gobierno. Aunque Casado descartó la idea de dimitir tras lo que describió como un resultado “muy malo”, le espera otra posible debacle el 26 de mayo, cuando España celebre elecciones municipales, regionales y al Parlamento Europeo.