Centros de día para mayores en Yaiza
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La raíz del problema parece venir de una interpretación extrañamente miope de la ley, una lectura casi demasiado literal del artículo 18 de la Constitución Española, que garantiza el derecho fundamental de la inviolabilidad del domicilio: “No podrá efectuarse ninguna entrada o registro sin el consentimiento del propietario o resolución judicial, salvo en el caso de la comisión de un delito flagrante”.
Puede que a algunos de los que no están familiarizados con el mundo de los okupas no les parezca muy creíble la idea de que es un “movimiento”. Vivir en espacios abandonados suena más bien a unos pocos forasteros que deciden vivir un estilo de vida alternativo, y el okupamiento de residencias habitadas suena a poco más que a delincuentes que abusan del sistema. ¿Cómo puede ser eso un movimiento?
Los okupas no promueven la falta de cualquier tipo de orden o reglas en absoluto, creen en operar fuera del sistema actual. Hay una cantidad sorprendente de organización en la cultura okupa, especialmente en Barcelona y Cataluña, que tiene una larga historia de tradición política anarquista. (Lee a Orwell si no me crees).
Javier Guerrero presenta su partido, ‘Ceuta Avanza’
Mientras que en las ciudades muchas okupas se apropian de edificios sin uso por motivos sociales o políticos, las mafias y las bandas suelen buscar casas de vacaciones en otros lugares de España para extorsionar a los propietarios por dinero. Fuente: CordonPress
El artículo 172.1 del código penal español dice que un delito de coacciones es todo aquello que “impide a otro hacer lo que la ley no prohíbe u obliga a otro a hacer lo que no debe, sea justo o injusto”.
Como dice el experto en compraventa de viviendas para reformar Tristán el Subastero: “Hasta que no estás dentro de la vivienda, es el okupa quien tiene la sartén por el mango. Por eso es estúpido discutir con ellos, levantar la voz o amenazarles de cualquier otra forma”.
Playa Blanca enterrada en la basura
Okupa es una palabra que designa a un individuo que ocupa o “okupa” un espacio. La diferencia ortográfica es deliberada; pretende referirse a un movimiento específico con una serie de matices sociopolíticos. Aunque hay comunidades de okupas por toda Europa -Italia, Alemania, Francia, Países Bajos, Inglaterra, Gales, República Checa, Grecia, Polonia, Suiza y -quizá la más famosa, Freetown Christianiana, en Dinamarca-, en España la cultura okupa ha encontrado un fuerte arraigo y también ha sido fuente de profunda controversia.
Según un informe de Antena 3, una de las mayores cadenas de televisión de España, Cataluña representa en la actualidad aproximadamente la mitad de todos los casos de okupación del país. El año pasado, el número de inmuebles okupados en el término municipal de Barcelona superó los 5.000, y la situación sólo se ha complicado con la pandemia de coronavirus de 2020.
En una reciente encuesta a los lectores en la página web del periódico nacional La Vanguardia, más del 98% de los que respondieron dijeron “sí” a la pregunta: “¿Son necesarias medidas más eficaces para atajar el fenómeno de la okupación en España?” Como se puede observar, la encuesta no preguntaba si son necesarias medidas más restrictivas, o lo contrario, sino si hay que cambiar algo.
El PRECIO de la CANE CORSO
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