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Cuanto cobra un costalero

Qué llevan los nazarenos

Un estremecedor tumulto de bandas de música, trompetas que brillan a la luz del sol, nubes de incienso y misteriosas imágenes iluminadas con velas que se balancean suavemente a su paso: así es la Semana Santa, el mayor acontecimiento religioso anual en España, y uno de los más espectaculares.

La Semana Santa, que dura desde el Domingo de Ramos hasta el Domingo de Resurrección, ve cómo las sombrías procesiones de nazarenos -figuras vestidas con capirotes y a veces descalzas- serpentean en largas filas por las calles de pueblos y ciudades de toda la península ibérica. El parecido con el KKK puede ser desconcertante, aunque su único rasgo común es el deseo de anonimato.

Probablemente, la Semana Santa más famosa de España se celebra en Sevilla, con unas 60 procesiones a lo largo de nueve días en total (se añaden dos días más antes del Domingo de Ramos), que atraen hasta un millón de espectadores. Los sevillanos están muy orgullosos del exquisito arte de sus pasos, desde las esculturas de madera de 500 años de antigüedad, hasta las capas de terciopelo y oro bordadas a mano de las Vírgenes.

Costaleros semana santa

Momentos de la Semana Santa de Sevilla en los que se puede experimentar el contraste de las antiguas tradiciones con los elementos de nuestra sociedad actual. Teléfonos móviles, tatuajes modernos, se pegan en el paisaje sevillano conviviendo con los antiguos uniformes y peinetas.La religión en España es un tema controvertido. Desde que el catolicismo dejó supuestamente de ser la religión oficial del país, ha pasado a un segundo plano en la vida cotidiana de los españoles, pero sigue jugando un papel fundamental en la cultura y las tradiciones populares. Durante la Semana Santa se celebran procesiones en toda España y Sevilla es sin duda el lugar donde se viven con mayor fervor, con más de una semana de procesiones que se prolongan hasta bien entrada la noche. Con este trabajo he querido experimentar hasta qué punto la Semana Santa está arraigada en la tradición popular y cómo la siente la gente en Sevilla, donde gran parte de la población vive con pasión los acontecimientos religiosos y muchos otros se convierten en católicos practicantes por unos días y se sumergen en la parafernalia de las tradiciones para vivir una fiesta en la que se confunden presente y pasado.

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Costaleros en español

La Semana Santa de Mula es un asunto íntimo, los desfiles descienden por las estrechas calles del casco histórico de la ciudad, apretándose entre los edificios que apenas están lo suficientemente separados para permitir el paso de los pesados cuadros esculpidos y su preciosa carga de esculturas y flores.

El carácter retorcido de las calles hace imposible que los tronos se alarguen para repartir el peso entre más hombros, por lo que son menos los costaleros encargados de llevar estas esculturas. La tarea se complica aún más por el hecho de que lo que baja tiene que volver a subir, y la última hora de estas procesiones es una hazaña de resistencia, ya que los cansados portadores suben de nuevo a la parte superior de la ciudad después de 3 horas de lento avance por las calles empedradas.

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Mula se construyó en la cima de una colina estratégicamente ventajosa en la época medieval de la Reconquista, ya que la ciudad árabe original fue abandonada después de que los cristianos retomaran el sur de España en 1243 tras más de 500 años de ocupación árabe.

¿Por qué los costaleros toman los pasos

El soldador Antonio Caparrós, de 24 años, rompe a llorar mientras abraza a amigos y familiares en un almacén con dos gigantescas, intrincadas y hermosas estatuas y otras decenas de hombres sudorosos. Confiesa que se ha liberado de una carga física y emocional tras haber cargado, junto a otros 39 hombres y durante casi cinco horas, una estatua de 1,1 toneladas de una Piedad, la representación de un Jesucristo moribundo en brazos de su madre.

Antonio Caparrós abraza a un familiar con lágrimas en los ojos mientras sale de debajo de la estatua que llevaba. Caparrós participa cada año en la procesión en recuerdo de su tío fallecido que lo hizo antes que él.

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Texto de Emma González | Fotos de Bruno Maestrini | Escrito originalmente el 16 de abril de 2017Desde hace seis años, Caparrós participa regularmente en las procesiones de la Semana Santa de su ciudad natal, Vera, en el sur de España. Su esfuerzo no es puramente por fe, sino por algo más cercano al corazón. Participo porque me gusta mucho, pero también porque quiero continuar con la tradición que inició mi difunto tío”, explica Caparrós. “La mayoría lo hacemos en memoria de los que ya no están con nosotros”.

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