La serie de complicaciones de las pruebas de vídeo
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La familia de Rocío hizo una serie de declaraciones condenatorias a la prensa sobre Vázquez, y la pintaron como una mujer “fría, calculadora y agresiva” que buscaba venganza contra la joven por la ruptura de su relación amorosa. Vázquez fue declarada culpable del asesinato en 2001 y condenada a 15 años de prisión. Fue descrita en el juicio como una “lesbiana dominante y depredadora”. La directora del documental, Tania Ballo, cree que el jurado estuvo muy influenciado por la cobertura sensacionalista del caso. “No importó que Dolores Vázquez tuviera dos coartadas para ese día o que no hubiera una sola prueba. Se le asignó un jurado popular, completamente contaminado por los medios de comunicación, que la declaró culpable sin más”, dice Ballo. “Incluso ella misma dudó, en un momento dado. He leído que le dijo a su abogado: ‘¿Y si la maté y no me acuerdo?”. El “estrangulador de Holloway”, atrapado por las pruebas de ADN Casi dos años después de que Vázquez fuera encarcelado, sin embargo, un segundo y horrendo asesinato hizo que la atención se centrara en un nuevo sospechoso. Sonia Carabantes, de 17 años, fue encontrada estrangulada hasta la muerte tras ser agredida sexualmente en la localidad de Coín. La novia de un expatriado británico, Tony Alexander King, se puso en contacto con la policía tras descubrir manchas de sangre en su camisa días después de la desaparición de la joven.
Asesinato en la costa | Tráiler oficial | Netflix
HBO Max, que se estrena en España a finales de este año, ha encargado a Unicorn Content la producción de una nueva docu-serie de seis capítulos sobre crímenes reales para la ocasión, “Dolores: La verdad sobre el caso Wanninkhof”.
En otoño de 1999, la adolescente Rocío Wanninkhof fue asesinada y en septiembre del año siguiente Vázquez fue identificado como el principal sospechoso. Con la misma rapidez, y con una escandalosa falta de pruebas, fue detenida, condenada y sentenciada en un juicio extremadamente público.
En su imprudente prisa, las fuerzas del orden, los fiscales y los miembros conservadores de los medios de comunicación apuntaron a Dolores tanto o más por su sexualidad que por su probable implicación en el crimen. Su indiferencia ante la muerte de la niña fue considerada por muchos como una admisión de culpabilidad. La situación empeoró cuando la madre de Rocío, ex pareja de Vázquez, empezó a aparecer regularmente en la televisión española, acusando inequívocamente a su ex de ser culpable.
Tres meses después de ser declarada culpable, la inocencia de Vázquez quedó demostrada sin lugar a dudas cuando pruebas concluyentes de ADN llevaron a la condena de Tony Alexander King, un delincuente sexual de 32 años con un largo historial delictivo. Sin embargo, desde su detención inicial hasta el momento de su puesta en libertad, Vázquez había pasado 519 días en la cárcel por un delito que no había cometido. Se exilió en Inglaterra y no se ha vuelto a saber de ella públicamente.
Canal de Educación
El reciente documental sobre crímenes reales de Netflix, “Asesinato en la costa”, ha atraído rápidamente a los espectadores desde su estreno el 23 de junio de 2021, y actualmente se encuentra en la lista de las 10 mejores películas del servicio de streaming.
Al final, la falta de pruebas contra Vázquez resultó ser reveladora: Vázquez no mató a Wanninkhof. Tras un segundo asesinato similar al de Wanninkhof, otro sospechoso, Tony Alexander King, fue condenado por ambos asesinatos, exonerando así a Vázquez del asesinato de Wanninkhof. Una condena de prisión por algo de lo que no se es culpable es algo insondable para la mayoría de la gente, así que ¿qué le ocurrió a Vázquez después de haberla vivido?
Como se explica en el documental, después de la detención y durante el juicio, se elaboró una narrativa contra Vázquez en la que se afirmaba que estaba celosa de que su ex siguiera adelante. El caso contra ella afirmaba que descargaba su ira contra Wanninkhof, queriendo que su ex sufriera. La película también profundiza en el modo en que la atención de los medios de comunicación sobre el caso -y cómo presentaron a Vázquez como manipuladora y enfadada, entre otras cosas- acabó influyendo en el caso contra ella. Vázquez fue condenada en 2001 a 16 años de prisión. Cumplió 17 meses antes de ser liberada tras el asesinato de Sonia Carabantes, de 17 años, y el posterior juicio de Tony Alexander King reveló su inocencia.
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“El último grado de perversidad es hacer que las leyes sirvan para la injusticia”, Voltaire. Es la frase que recordé ante la inevitable indignación que sentí al repasar la historia de Dolores Vázquez en el documental de Netflix, El caso Wanninkhof-Carabantes. Sin embargo, esa sensación seguramente será mayor en los próximos meses cuando veamos la verdadera, y merecida, redención de esta mujer injustamente acusada en una serie documental que prepara HBO Max.
Y es que Dolores no sólo fue condenada a pasar 15 años en prisión por el asesinato de Rocío Wanninkhof siendo inocente, sino que tuvo que sufrir la desfiguración de su imagen mientras la investigación, los medios de comunicación y la sociedad la convertían en un monstruo basado en arcaicos prejuicios. Fue señalada por su físico, sus gestos o la ausencia de ellos, pero sobre todo por su condición sexual, siendo declarada culpable y puesta en libertad 17 meses después cuando se descubrió al verdadero asesino. Y sin embargo, ni en el juicio penal ni en el social se pidió perdón. Ni siquiera la ley hizo excepciones, en este caso necesarias, para compensar.